Respirar debería ser tan sencillo como mirar, escuchar, sentarse, hablar, bailar, cantar, comerse un plátano o andar en monopatín. Pero no lo es. ¿Qué ocurre con la respiración cuando una situación nos altera? Cuando nos quedamos en apnea, ¿qué ocurre cuando entra aire, pero no puede salir y se queda todo parado por unos segundos? No se puede dejar de respirar, aunque se quiera, ni por un momento… Estamos condenados a mantener la respiración, a vivir con ella y sus altibajos, a convivir con sus particularidades y sus excéntricas reacciones.

Arnasa viaja por todas esas sensaciones tan diversas que nos provoca la respiración: desde esos momentos de plenitud total en los que nos sentimos íntimamente conectadas; hasta esos momentos oscuros, irreversibles, en los que la falta o exceso de aire se apodera de nosotros, de nuestro consciente y de nuestra voluntad.